16 diciembre, 2006

Levitar

Levitar en la cama, en las banquetas. Levitar sobre mi vida y la tuya. Dejarme caer en lo brillante de tu cuerpo, aromado con almizcle cuando llegás del trabajo. Levitar y verte desde cierta altura: hermosa, aún misteriosa, inteligente, salvaje.
Desandar el cuerpo, tu cuerpo amado, levantarme y volver a caer. Saberte allí, siempre y nunca. Saberte con la seguridad de lo infalible, que quizá alguna vez pueda dejar de ser.
Levitar en palabras, en gestos, levitar sobre lo cotidiano y ver el paisaje que me cansa, que me adormece, del que intento escaparme.
Levitar como Yoda y ser sabia, con la Fuerza de mi lado.

3 comentarios:

María dijo...

Levitar... ya levite, pero no sabía que lo hacia, fue impulso. Sabe sabroso.

Anónimo dijo...

Ummmmmmmmmmm...me encanta!
He sido una lectora empedernida, todo lo leíble, ha sido leído por mi, mi casa era una biblioteca ambulante, como el castillo...
Ya regalé todo. No quiero nada más que los instantes. Los fugaces instantes de palabras que me hagan sentir y latir, sin futuro ni pasado, sin que haya que guardar nada, sólo sentir ese momento mágico provocado cuando recibo el alma de alguien en sus palabras.
Por eso, ahora me paseo por calles solitarias donde, a veces, me encuentro trocitos de corazón derramándose...!siempre es hermoso!
No más quiero. Así está bien.
Cuenta conmigo compañera!

Arha dijo...

duele la levedad, a veces...
(maravilloso)